México guarda un sinfín de tradiciones, algunas celosamente preservadas y otras ampliamente difundidas. Entre ellas destaca la elaboración del mezcal de pechuga, reconocido en Oaxaca y profundamente apreciado en todo el mundo.
Desde su origen, el mezcal y lo ceremonial han estado íntimamente ligados. Cuenta la leyenda que nació del amor entre una deidad y un hombre, convirtiéndose así en un símbolo de comunión con lo sagrado.
En las comunidades mezcaleras, es costumbre elaborar mezcal de pechuga para acontecimientos familiares especiales. Sin embargo, este mezcal es distinto: no es de pechuga, es de pecho, porque nace del corazón mismo del maestro mezcalero. Un obsequio que transmite la alegría y la fuerza, la esperanza y la solemnidad, para celebrar y conmemorar momentos únicos y dignos de compartirse. ¡Dixeebe!