Entre las espinas del agave y el arte de destilar, nuestra empresa no solo celebra la tradición del mezcal artesanal, sino que también abraza con fervor la preservación de la naturaleza que nutre a nuestro agave y las especies que habitan en la zona, creando así una esencia en cada gota de nuestro elixir.
“Rancho el Ojo” es un rancho prístino en Durango, Dgo., México, y la cuna de Origen Raíz del Espíritu. Es propiedad de la familia Saravia, quienes ejercen como guardianes de la tierra para conservar el equilibrio y rejuvenecer la salud del ecosistema de pastizales. Con abundancia de agave, esta reserva certificada de vida silvestre también se convirtió en una maravillosa oportunidad para la producción de esta bebida artesanal. Don Valentín Cortes, con su conocimiento del mezcal tradicional de Oaxaca, se unió a los Saravia para construir la Vinata el Ojo y culminar con la creación de este elixir espiritual.
Como productores de mezcal, no solo nos interesa alcanzar el producto final, sino que también somos conscientes de la importancia de cuidar la naturaleza que nos provee la materia prima para la elaboración de nuestro producto. En colaboración con Rio Grande Joint Venture, una asociación binacional dedicada a la conservación de aves y sus hábitats, llevamos a cabo proyectos para preservar la biodiversidad que habita en nuestro territorio. Nuestro plan estratégico incluye la planificación, diseño e implementación de acciones de conservación, ciencia aplicada y monitoreo de la efectividad, siguiendo el modelo de Conservación Estratégica del Hábitat para la gestión adaptativa.
La producción del mezcal no solo resalta como una expresión artesanal única, sino también destaca la crucial importancia de preservar y cuidar la naturaleza que proporciona los elementos esenciales para esta tradición. La armonía entre la destilación del mezcal y la conservación del entorno natural es esencial para asegurar un legado sostenible y auténtico.